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Ahorrar en la factura eléctrica sin renunciar al confort: las claves para lograrlo

En invierno el consumo de electricidad se dispara. Hasta el punto ocurre esto que en los últimos años se ha popularizado el término de pobreza energética para definir aquellos hogares que tienen que renunciar al uso de electrodomésticos por no poder pagarlos, lo que lleva a generar situaciones de habitabilidad mucho más duras.

En España se suma la reciente medida del Gobierno, que anunció a finales del pasado año la retirada gradual que se estaba aplicando en el IVA de la electricidad. En 2024 la factura de la luz subirá debido a esta circunstancia. El IVA ya no es del 5%, sino del 10%.

Inmersos en una era marcada por el cambio climático habrá quien pueda pensar que el calentamiento global lleva a una temperatura cada vez más alta, y es cierto en gran parte, pero lo más evidente es que se agravan los episodios de meteorología extrema, en especial los desastres ambientales. En invierno, aunque las temperaturas se suavicen, seguirá haciendo frío, lo que nos lleva a sugerir pequeños cambios para reducir la factura de la electricidad sin sacrificar el confort en el hogar.

Mantén la calefacción en un estado óptimo

El consejo más útil para consumir únicamente la electricidad necesaria que permita mantener la vivienda a una temperatura óptima es el mantenimiento preventivo calefacción. Asegúrate de que tu sistema de calefacción está en perfecto estado, cambia los filtros regularmente y programa el termostato para que se apague mientras no estén en casa.

A nivel de vivienda, presta atención a las posibles fugas de aire alrededor de ventanas y puertas para retener el calor. Y si tienes un sistema de climatización mediante aparatos de aire acondicionado, basta con que selecciones una temperatura de entre 20 y 22 grados centígrados. Con ella compensarás el frío del exterior sin generar incomodidad en el hogar.

Optimiza el uso de electrodomésticos

El buen uso de los electrodomésticos no solo incluye el sistema de calefacción. La cocina, el termostato, los aparatos electrónicos, la lavadora y la secadora… todos estos dispositivos consumen mucha electricidad.

Si mantienes un comportamiento racional con los electrodomésticos conseguirás reducir el coste de la factura de la luz. Un ejemplo claro es cocinar a horas frías. De este modo, el propio calor que se desprende del cocinado puede ayudar a mantener la vivienda un poco más cálida. Si tienes que descongelar alimentos, hazlo de manera natural, no directamente poniéndolos en la placa de inducción o el microondas, pues así reduces el tiempo de cocción.

En esta optimización se incluye también el modo standby de los electrodomésticos. Muchos aparatos consumen energía incluso cuando no están en uso (ordenador, televisión, pequeños electrodomésticos, dispositivos electrónicos). Desconéctalos o usa regletas con interruptores para apagar varios de estos aparatos a la vez. Ah, y no dejes cargadores conectados a la corriente.

Programa el uso de agua caliente

El calentador de agua basta con que marque 40 grados. Esa temperatura es suficiente para ducharse sin pasar frío. Por otra parte, programa el uso del agua caliente durante las horas en las que sea necesario y siempre que sea posible, haz todas las tareas que requieren uso de agua caliente y electricidad en horas en las que la tarifa de la luz sea baja. Esto incluye también a la lavadora, la secadora o la cocina.

Saca partido de la iluminación natural y cierra las habitaciones que no están en uso

Otra recomendación interesante para climatizar la vivienda y conseguir que el ambiente interior sea más cálido es aprovechar el propio calor del exterior. A lo largo de la mañana, sobre todo en días despejados y con buenas temperaturas, es aconsejable abrir las cortinas y subir las persianas de las ventanas sobre las que incide el sol.

Así se absorbe calor y se genera efecto invernadero en el interior. Cuando se vaya el sol, lo que irremediablemente lleva a bajada de las temperaturas, se deben correr las cortinas y bajar las persianas, pues así se añade una capa más de aislamiento al frío.

Finalmente, mantén cerradas las habitaciones o los espacios que no utilizas para ahorrar energía, ya que así hay menos estancias que calentar. Las habitaciones abiertas que no están en uso son como los aparatos eléctricos en modo standby, consumen energía.

Un texto de: Sara Dominguez Baeza.