Una mirada tradicional al Mediterráneo moderno
En el corazón de un entorno privilegiado, donde la topografía desafía y las vistas al mar inspiran, se alza una vivienda unifamiliar que redefine la armonía entre la tradición y la modernidad. Los promotores de este proyecto buscaron un lenguaje estético basado en planos rectos, materiales arraigados y una inconfundible imagen mediterránea. El resultado es una obra que, a pesar de las complejidades del terreno inclinado y su parcela irregular, se erige con una personalidad única.



Sin embargo, se optó por respetar el deseo de trabajar desde la ortogonalidad, generando una propuesta donde la casa se adapta ingeniosamente a los límites irregulares de la parcela en su fachada a la calle, creando retranqueos que, volumétricamente bien resueltos, ofrecen una descomposición formal de gran interés.



Contrastando con esta adaptación al entorno urbano, la fachada orientada al mar se presenta con una rotundidad y sencillez impactantes. Esta decisión se ve potenciada por la estratégica ubicación de las zonas de día y la habitación principal en la planta alta.
















Desde este nivel superior, la mirada se extiende hacia el horizonte marino, ofreciendo una perspectiva que evoca una conexión profunda con el paisaje. La piscina, suspendida sobre la planta inferior, se integra en este mismo nivel, fusionando el lujo con las vistas panorámicas.


El interior de la vivienda refleja un equilibrio entre funcionalidad y calidez, como se aprecia en la carpintería de madera que aporta una sensación acogedora y atemporal.












La integración de la piscina infinita con el paisaje marítimo no solo maximiza las vistas, sino que también crea un diálogo constante entre la arquitectura y la naturaleza circundante.




Este proyecto, Villa HM47 Altea, es un testimonio de cómo la visión arquitectónica puede transformar las limitaciones en oportunidades, creando espacios que invitan a una «mirada tradicional» al inmenso y siempre atractivo mar Mediterráneo.