Carpas y lonas, el reclamo perfecto para una nueva construcción
Uno de los principales problemas para cualquier proyecto de construcción no es tanto la ejecución del proyecto en sí, sino lograr dar con clientes que decidan sumarse a él. Esto es algo que pasa principalmente en el ámbito inmobiliario, cuando se ejecutan obras de viviendas para grandes urbanizaciones y se necesita contar con familias que decidan dar el paso de vivir en ellas.
Hace unos años podría ser más fácil, pero en los últimos años, con la inflación, el encarecimiento de la vivienda y la falta de capacidad de ahorro, es más difícil convencer a las personas de dar el paso para adentrarse en la compra de un nuevo inmueble, y más en proyectos totalmente nuevos. Ahora bien, que sea difícil no implica que sea imposible, porque existen medios y herramientas clave para conseguir ese convencimiento.
¿Cómo impulsar un proyecto de obra entre el público?
Existen muchas formas de conseguir ese impulso necesario para el proyecto de una obra, aunque existen herramientas tan clásicas como contundentes. La «publicidad» a través de rótulos y cartelería siempre ha estado ahí, y siempre ha conseguido atraer las miradas de las personas que, tarde o temprano, se acabarán planteando la compra de una vivienda de nueva obra. La clave está en saber utilizarla y, sobre todo, en los formatos a emplear.
Ahí es donde entran en juego las carpas personalizadas. Las carpas colocadas a pie de obra permiten dar un espacio en el que recibir a las familias para que vean no solo cómo avanza el proyecto, sino también cuál es el objetivo final, conversar sobre posibles opciones de vivienda dentro del conglomerado que se está construyendo e incluso facilitar toda clase de información o folletos.
También, estas carpas se pueden utilizar en diferentes puntos de una obra para reunir a los trabajadores implicados. Al final, tienen un uso publicitario, por supuesto, porque ayudan a dar visibilidad y a reunir a los interesados, pero también tienen un uso mucho más práctico de cara a la ejecución de la obra y la proyección de esta. No dejan de ser lugares resguardados donde poder reunir a personas, sea cual sea el cometido.
Por supuesto, otro formato infalible son las lonas publicitarias. Estas se pueden colocar alrededor de la obra en sí o incluso en diferentes partes de la ciudad. Son muy efectivas y, sobre todo rentables, porque solo hacen falta un número reducido de lonas publicitarias baratas con el diseño y la distribución adecuados para conseguir llamar la atención del público y hacer que este se interese por el proyecto. Eso sí, es indispensable facilitar los datos adecuados para que sepan a dónde acudir y de qué se trata exactamente.
Los medios digitales nunca fallan
Además de todo lo mencionado, las soluciones digitales se han convertido también en un elemento clave para ayudar a la promoción de proyectos de obras. La publicidad en webs, la presencia en redes sociales, la promoción de contenidos en diarios o incluso el uso de nuevas tecnologías para enseñar el aspecto del resultado final es algo que consigue atraer muchas miradas y, sobre todo, convencer a posibles interesados. Y más en los tiempos que corren.
Una de las propuestas que más terreno está ganando en esto de las promociones inmobiliarias de nuevas obras es la realidad virtual. A través de esta, los visitantes pueden incluso recorrer sus futuras viviendas como si estuvieran dentro de ellas. Todo ello, con un grado de realismo e inmersión de lo más elevados, con unas bondades que suelen ser de lo más convincentes de cara al público.
Los proyectos inmobiliarios, principalmente, tienen más herramientas que nunca para captar al público. Combinando las propuestas analógicas, como esas carpas y lonas publicitarias, con las digitales, se consigue un cóctel tan sugerente como atractivo, pero sobre todo convincente. No obstante, es vital que estos recursos se usen de la forma adecuada para conseguir un resultado realmente impactante. De lo contrario, en lugar de generar interés, se puede provocar incluso rechazo entre el público.
Y esto último es especialmente peligroso. En una época en la que el precio de la vivienda no deja de subir y los bolsillos no hacen más que vaciarse, toda estrategia debe ejecutarse de la forma más precisa y estudiada posible. Lanzar promociones sin ton ni son muestra falta de dirección y, por ende, una falta de profesionalidad que ahora se critica más que nunca.
Todo esto es clave para quienes quieran sumergirse en el proyecto de una nueva obra y, sobre todo, quieran asegurarse de captar las miradas suficientes para conseguir la máxima rentabilidad posible. Ahora hay más público que nunca, ahora hay más herramientas que nunca y, también, más facilidades que nunca. Lo único que queda es animarse a dar el paso y, sobre todo, andarse siempre con pies de plomo. Si se hace así, los resultados acaban llegando solos.