Iluminación LED, ¿por qué es la mejor alternativa en hogares?
La iluminación LED es el presente. Está consolidada totalmente en nuestros hogares, aupada a sus beneficios más evidentes.
- Larga vida útil que hace más esporádica su reposición.
- Eficiencia energética muy superior a la bombilla incandescente.
- Mejor calificación energética obtenida en su equipamiento en el hogar.
- La capacidad de operar en condiciones climatológicas más extremas.
- No emite UV ni calor.
- Diseño versátil y mucho más flexible y adaptativo al proyecto
- Iluminación instantánea y la capacidad de soportar cambios frecuentes de intensidad, temperatura de color, etc.
- Operación en entornos de bajo voltaje
Hablar en términos de eficiencia energética se ha convertido en una verdadera obsesión en el tiempo presente. Como nos explican en Iluminación Coben, a este respecto, tenemos que buscar la razón en dos vertientes: la creciente preocupación ecológica de una conciencia cívica más despierta sobre este problema y, sobre todo, el precio de la luz que se ha disparado y afecta al bolsillo de millones de familias en España.
En este contexto, hablar de Iluminación LED es hablar de consumir menos y, por tanto, de pagar menos.
La iluminación LED ahorra dinero
Hay dos manerar principales y diferenciadas por las que la iluminación LED ahorra dinero a los usuarios.
En primera instancia, lo cual es bastante obvio, son mucho más eficientes energéticamente que todos los demás tipos de opciones de iluminación. Necesitan menos energía para brindar la misma cantidad lumínica a un espacio. Lógicamente gastas menos para iluminar lo mismo.
Además de esto, los LED reducen los costes de mantenimiento a casi cero, ya que vamos al reducir la necesidad de reemplazar las bombillas a su mínima expresión, debido a que duran muchísimo más.
Es cierto que, a priori, es algo más cara una lámpara LED que una de las de toda la vida, pero a medio y largo plazo, el ahorro que nos reporta por un consumo más inteligente, compensa con creces ese mayor coste inicial.
Durabilidad
El ciclo de vida de los LED se miden en decenas de miles de horas, que es exponencialmente más largo que otras luces. No decimos, un poco más largo ni sensiblemente más largo. Decimos exponencialmente. Es decir, que la comparativa es tal que raya en lo absurdo cualquier comparación con la iluminación tradicional. Tal es su ventaja.
Ofrece un caudal de luz constante y homogéneo a lo largo de su ciclo de vida, a diferencia de la mayoría de los otros tipos de iluminación, como HID o fluorescentes, que tienden a tener periodos largos de desvanecimiento. El LED funciona a tope o hay que recambiarlo. Si son diez mil horas de vida, son diez mil horas a su máximo nivel.
Mejores al medioambiente
Son energéticamente eficientes. Su capacidad para convertir de manera eficiente la electricidad en luz y, por supuesto, reducir las emisiones de CO2, hacen de los LED los mejores aliados para el medio ambiente.
Son capaces de reducir el consumo de energía hasta en un 70 por ciento.
Dependiendo del tamaño de la aplicación los ahorros pasan de notables a escandalosos. Imaginemos que, si en un hogar es ya notable, en una urbanización o en una empresa, la contención del gasto que conlleva el LED puede ahorrar a lo suficiente como para cubrir el coste de la actualización de un sistema de iluminación antiguo a uno LED en cuestión de meses.
Después de sufragarse a sí mismas con los ahorros de energía, estas luces continuarán pagando dividendos en ahorros anuales de energía en los años venideros. Por eso es tan importante apostar por el LED. Por nuestro bolsillo y por nuestro planeta.